En 1729, con 18 años, la infanta portuguesa Doña Bárbara de Braganza casó con Fernando, Príncipe de Asturias. La infanta estaba dotada de pocos atractivos físicos, pero con sus grandes cualidades morales y la bondad de su carácter, consiguió ganarse la voluntad y el cariño de su esposo.
Al heredar el trono, tras 17 años siendo príncipes de Asturias, Fernando VI puso todo su empeño por mantener la paz y acabar con la serie de guerras mantenidas desde que se desatara la Guerra de Sucesión en 1701.
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